El ministerio de El Puente está edificado sobre estos principios de la fe cristiana que explican lo que creemos acerca de Dios, su Hijo, el Espíritu Santo, y su Palabra. Estas creencias explican nuestra lealtad al Salvador, nuestra dedicación a la obra del Reino, y nuestra identificación con la verdad absoluta.
- Creemos que la Biblia tiene autoridad porque es la Palabra de Dios, única, infalible, y sin error.
- Creemos que hay un solo Dios, existente por siempre en tres personas; Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
- Creemos en la deidad del Padre, de quien provienen todas las cosas y de quien recibimos la vida.
- Creemos en la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en su muerte a través de su sangre derramada, en su resurrección corporal, en su ascensión a la diestra del Padre, y en su retorno personal a la tierra en poder y gloria.
- Creemos en la deidad del Espíritu Santo y en su ministerio actual, por cuya morada en nosotros somos capacitados para vivir una vida piadosa.
- Creemos que todo hombre está perdido, es pecaminoso y necesita salvación.
- Creemos que para salvarse son absolutamente esenciales la regeneración por el Espíritu Santo, el arrepentimiento de los pecados y una fe personal en Jesucristo.
- Creemos en la resurrección de las personas salvas y perdidas; las que son salvas a la resurrección de vida, y las perdidas a la resurrección de condenación.
- Creemos en la unión espiritual de los creyentes en nuestro Señor Jesucristo.
- Creemos que debemos amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón, con todo el alma y con toda la mente, y que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos.
- Creemos en el bautismo de los creyentes. Creemos que todos los que han puesto su fe en Cristo Jesús deben seguirlo obedientemente en bautismo como un testimonio a nuestra muerte, sepultura, y resurrección simbólica con Él (Véase Romanos 6:4). Esta iglesia efectuará el bautismo del creyente, por inmersión, una vez que el solicitante profese su fe en Jesucristo.
- Creemos que todos los que invocan el nombre del Señor Jesucristo para la salvación necesitan tener comunión con Él a través de la ordenanza de la Cena del Señor y que en consecuencia todos los que han puesto su fe en Cristo pueden y deben celebrar esa comunión con nosotros (Véase 1 Corintios 11:23-34).